Verde, amarillo, rojo, naranja, marrón, morado, negro: el extravagante crotón trae la alegría del color a tu hogar. Es una planta muy llamativa con hojas gruesas y brillantes que proclaman que la madre naturaleza tuvo un día excepcionalmente bueno cuando se le ocurrió esta belleza.

Origen
Es originaria del sudeste de Asia y del archipiélago de Indonesia. En las regiones
tropicales y subtropicales, como el archipiélago de las Canarias, forman parte habitual
de los jardines como ejemplares aislados o formando setos y macizos de arbustos y
arbolitos formando contrastes de color. También se dejan ver en patios y terrazas,
plantados en macetas. Hay que tener en cuenta que solo sobreviven al aire libre donde
las temperaturas no bajan de 10-13 ºC en invierno.
Elige tu crotón
A partir de la especie tipo y la variedad pictum, los viveristas han desarrollado cientos
de cultivares de gran belleza. Pueden ser muy grandes (las hay de unos 30 centímetros
de largo) o pequeñas; anchas o estrechas, incluso lineares; lisas u onduladas, lobuladas,
torsionadas, arqueadas o recurvadas. Su extensa gama de colores abarca desde el
púrpura y el rojo rubí a los más diversos tonos verdes, amarillos y anaranjados, cobrizos
y metalizados, además del blanco. El repertorio de variegaciones es de lo más diverso:
venaciones, punteados, manchas…
Cuidados básicos
Deben situarse en un ambiente muy luminoso para que las hojas no pierdan color, pero
alejadas del sol directo para que no se quemen. Soportan mal el frío y empiezan a sufrir
cuando el termómetro baja de 15 ºC. Precisan un sustrato rico, humífero y bien drenado,
que ha de permanecer ligeramente húmedo, nunca seco ni encharcado. Lo ideal es
regarlas por inmersión, introduciendo el tiesto en un cubo con agua libre de cal. Las
pulverizaciones frecuentes les proporcionarán la humedad ambiental que precisan,
sobre todo en los días cálidos o para contrarrestar la sequedad que produce la
calefacción.

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