Nos fascina por la belleza de sus hojas, y disfrutarla como planta de interior no tiene precio:
hablamos del caladio (Caladium), una exótica y decorativa planta con vibrantes colores
verdes, rosados, amarillos o rojizos que cuenta con espectaculares patrones
Sin embargo, no se trata de una planta apta para principiantes en el mundo de las plantas
de interior, debido a que sus cuidados son algo más exigentes que los de otras plantas más
sencillas de cuidar, como el potho o la sansevieria.
Origen
El caladio es originario del Amazonas, donde sí que florece. Sin embargo, si la cultivas
dentro de casa, disfrutarás de sus llamativas hojas. Al proceder de las selvas tropicales, es
de esas plantas que disfrutan con mucha luz y humedad ambiental, pero sin sol directo.
Elige la tuya
De entre los muchos cultivares que puedes encontrar en el centro de jardinería, el Caladium
bicolor “White Queen”, con hojas casi blancas y nervios rojos, o el “Florida Sweetheart”, con
hojas rosas con finos bordes verdes, son algunas de las más buscadas. Son conocidas las
variedades Caladium x Hortulanum, con hojas que parecen casi de papel, o el Caladium
picturatum con hojas largas y nervios blancos.
Cuidados básicos
● El caladio necesita una temperatura estable todo el año, en torno a los 20-21 ºC.
● No sitúes tu caladio directamente al sol. Ponlo cerca de una ventana, donde reciba
una buena cantidad de luz, pero no directa.
● La planta requiere de una humedad constante, algo que puedes solucionar situando
cerca un humidificador. No mojes sus hojas ni emplees abrillantador en ellas.
● Los riegos deben efectuarse con agua tibia, y han de ser abundantes y frecuentes,
pero evitando el encharcamiento. En los días más calurosos, requerirá de un riego
ligero cada día.
● Puedes abonar en primavera y verano con un fertilizante líquido para plantas verdes,
aproximadamente cada 15 días.
● Retira las hojas que veas marchitas con unas tijeras de poda bien desinfectadas.
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